Cuando estás en una situación de apuro financiero, necesitas tener clara la manera en la que vas a pedir un préstamo, ya que actualmente existen muchas posibilidades y variaciones que se pueden adaptar de manera específica a tus necesidades y tu capacidad económica.
Normalmente, este es un proceso engorroso en el que la mayoría se preocupa por todo el papeleo, el aval y las altas tasas de interés que muchas veces terminan perjudicando a quienes están pasando por situaciones verdaderamente difíciles.
Por suerte, hoy en día puedes conseguir créditos sin necesidad de aval y con las facilidades que realmente necesitas. Para conseguir las mejores opciones en préstamos es muy importante que tengas en cuenta la siguiente información.
¿Cómo funciona un crédito sin aval?
La solicitud de un crédito mediante la aportación de un aval es, sin duda, una forma eficaz de tener mayor certeza de recibir la suma solicitada, pero en realidad esta figura no siempre es necesaria. De hecho, si se trata de pequeñas cantidades, es posible obtener un préstamo sin aval con sólo los ingresos del solicitante como garantía.
De hecho, en varias casas de créditos hay muchos casos en los que el aval se vuelve superfluo, y tú, como solicitante, puedes acceder al préstamo presentando sólo sus documentos de ingresos y algunos de documentos de norma, todo dependiendo de la entidad a la que recurras.
Obviamente, serás sometido a estrictas pruebas y controles antes de que la entidad conceda el crédito. Por esta razón, es bueno que cumplas todos los requisitos posibles al pie de la letra para aumentar las probabilidades de su aprobación. La mayoría de las exigencias son:
- Tener entre 18 y 65 años.
- Tener nacionalidad o residencia en regla.
- No estar en listas de morosos.
- Tener una cuenta corriente activa durante al menos 6 meses.
- Poder demostrar tus ingresos mediante la documentación apropiada.
Recuerda que el hecho de definir un perfil atractivo mediante el establecimiento de requisitos mínimos permite al banco y a las diversas instituciones de crédito un primer escrutinio, restringiendo el círculo a aquellos clientes potenciales que se consideran más fiables. Procura presentar todo de la manera más completa posible.
Dónde buscar tu crédito o préstamo
Actualmente, ya puedes consultar a tu banco de confianza si es posible tramitar este tipo de crédito. No obstante, también puedes conseguir empresas que se dedican a hacer esta clase transacciones, muchas veces, con más y mejores facilidades para sus usuarios.
Puedes consultar diferentes páginas en internet, leer la información y escoger aquella que más se adapte a lo que necesitas. Si no estás seguro de cumplir con los requisitos necesarios para empezar un procedimiento de préstamo, otro consejo es ponerte en contacto con un asesor financiero.
Debes demostrar que puedes responder
Es necesario tener una documentación precisa y clara que acredite tus ingresos. Por esta razón, muchas veces se requiere el contrato de trabajo. Obviamente, no podrás hacer cuotas durante 48 meses si el contrato expira en 6. Lo mismo ocurre con el importe de la cuota, si recibes 600 euros de salario, una cuota de 500 euros será imposible de mantener.
Por supuesto, tus gastos como solicitante también se comprueban. Si ya tiene préstamos en curso, o gastos fijos significativos, la institución será más reacia a conceder el crédito. Aunque tengas un salario alto, pero gastos mensuales igualmente importantes, puede no ser concedido. Todo varía según tus factores económicos y, desde luego, de la cantidad que solicites.
Revisa muy bien la tasa de interés
No podrás proceder con el trámite sin antes estar seguro de todas las condiciones que se pueden aplicar en tu caso, ya sea a favor o en contra. Es un error común apresurarse a solicitar créditos sin tener en cuenta los intereses, con tal y exista cierta rapidez en la aprobación. Esto es completamente contraproducente, ya que puedes terminar más endeudado de lo que pensabas.
En algunos casos podrás optar por categorías
Otra posibilidad es pensar en aquellas entidades financieras que ofrecen facilidades a ciertos tipos de clientes: amas de casa, estudiantes, jubilados, personas con alguna discapacidad, etc. Estas variaciones son llamadas “categorías”, y pueden resultar bastante beneficiosas.
Además, recuerda que siempre podrás solicitar alguna asesoría para revisar tu estado financiero y encontrar la alternativa en préstamos sin aval que más se adapte a ti.